1.10.10

Mi banda chilena favorita

Es raro, pero aunque Chile queda acá nomás yo la música de Los Prisioneros la conocí vía México. Fue hace diez años, cuando mi amigo chilango, Armando, me pasó unos temas en épocas de ICQ y Loquesea.com. No me llevó mucho tiempo fanatizarme con algunas canciones. Casi sin darme cuenta, de repente algunas melodías empezaron a sonar una y otra vez en mi computadora, y de ahí al discman, y de ahí al reproductor genérico de mp3, y de ahí al iPod. Pasó la década, y la lista de temas del grupo trasandino sigue sorprendiendome cada vez que estoy escuchando a mis ruiditos amados con el shuffle y empieza a sonar de golpe "We are sudamerican rockers".
Al investigar un poco me di cuenta que Los Prisioneros era una de las bandas más importantes de la historia del rock chileno, a la altura de Los Tres por ejemplo, quizás la que más se reconoce por estos pagos. Era una banda (primero trío, después otras cosas) que compuso canciones que se volvieron himnos, y que formó parte de la oposición a gobiernos como el de Pinochet. Una banda fundamental para el rock chileno; mucho más que otras como La Ley, que copaba con facilidad las radios de acá. Pero nada de eso sabía yo entonces.
Por ese entonces, y aun hoy en día, lo que sabía era que podía poner "Estrechez de corazón" y bailarla diez veces seguidas en mi casa (en la imaginación con el pelo batido y un remerón flúo). O que podía poner "Para amar" y reírme sola de la letra que reza "...para amar, para amar, debes tratar de poco entregar; para amar tu identidad debes falsear; para amar, para amar, siendo estúpido serás feliz...". De ahí podía saltar a "Muevan las industrias", la machista "Corazones rojos", el hit "Amiga mía" o "Nunca quedas mal con nadie". A pleno con ellos, con la cursilería, la ironía, el ritmo y la gracia que le imprimían a su estilo, muy ochentoso pero también propio.

Con la banda ya separada, con casi treinta años de edad en las espaldas (yo), voy conociendo nuevas bandas y manteniendome fiel a otras. Los Prisioneros es una que siempre funciona, siempre me alegra, siempre sobrevive. Para definirlos a su modo me parece bien terminar con el alegato que realizan en uno de sus temas: "Tú sabes, un artista es un hombre sensible, que llora cuando ve caer una flor, y que se asusta con cosas como el dedo que aprieta el botón. Es increíble cómo cuando subo a un escenario me transformo, cuando veo las luces de colores y siento el calor de la gente; mi corazón palpita y soy otro, soy otro tipo. Por eso, mi mensaje de amor para todo el mundo es....: pa, pa, pa".










1 comentario:

jaramillo dijo...

"tren al sur" es la canción obrera más linda que escuché en mi vida